¿Qué es la variación de existencias?
En pocas palabras, la variación de existencias, también conocida como la regularización de existencias, es el reflejo contable del aumento o disminución que se produce en el inventario de la empresa al comprarlo en dos momentos distintos, al final del ejercicio y al principio.
En las estructuras empresariales la mayoría de las veces están presentes las existencias. Y, tanto en las que se dedican a la venta como aquellas que realizan prestaciones de servicios, estas suelen realizar al cierre de todo un año inventarios, los cuales sirven de base a la regularización contable.
Cómo contabilizar la variación de existencias
Contabilizar la variación de existencias se realiza mediante sencillos asientos contables. Este proceso se realiza exclusivamente en la fecha de cierre del ejercicio, lo cual permite dejar constancia de la diferencia existente a finales e iniciales. La fórmula para aplicar será la siguiente:
- Variación de existencias = Existencias finales – Existencias iniciales
Es importante saber que para dar de baja a las existencias iniciales se deben considerar la cuenta 610 que corresponde a la variación de existencia y la cuenta 300 que corresponde a mercaderías.
Si se quiere determinar el importe de las existencias finales, se hace a la inversa, primero se tiene en cuenta la de mercaderías (300) y luego la variación de existencias (610).
Si las empresas se dedican a fabricar productos, se debe utilizar la correspondiente cuenta del grupo 3 y su contrapartida.
Variación de existencias y regularización de combustibles
La valoración de existencias al cierre del ejercicio puede hacerse utilizando un procedimiento contable en lugar de físicamente. El inventario es considerado un documento de gran importancia que se debe conservar, pues sirve como soporte físico a los datos contables. La regularización de existencias tiene gran participación fiscal al incidir en el beneficio.
La empresa ha de encargarse de realizar el inventario del almacén para así comprobar la existencia que se tiene. Todo esto debe suceder de acuerdo a la norma de valoración del plan general contable de los bienes y servicios.
La regularización de combustibles se encuentra recogida dentro de la denominación “Otros aprovisionamientos” (32), siendo estas materias energéticas susceptibles de almacenamiento. En este caso, es necesario ajustar las existencias, las amortizaciones y pérdidas de valor. Este procedimiento se lleva a cabo al trasladar las cuentas de gastos e ingresos al resultado.