Amoniaco como combustible: ¿es viable esta alternativa?
¿Cómo se convierte el amoniaco en combustible?
El amoniaco o NH3 es un compuesto químico, conocido por su característico olor y por su uso cosmético y de limpieza. Además de sus usos conocidos, también puede ser usado como combustible, no siendo algo nuevo.
Se usó en Bélgica mezclado con carbón para los autobuses municipales en los años 40, ya que había una gran crisis de carburante por la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, la NASA creó un avión experimental en los años 60. Desde entonces, se ha intentado usar como combustible alternativo, modificando vehículos para que funcionen con él. Aún así, su valor calorífico es la mitad del diésel, así que se descartó en su día.
En la actualidad, se ha descubierto cómo puede utilizarse como combustible alternativo de otra forma más eficaz. Para usarlo como combustible, se divide en gases de hidrógeno y nitrógeno en una reacción química controlada usando rutenio, utilizando así el hidrógeno en motores con pila de combustible o en motores de combustión verde.
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¿Es más limpio que la gasolina? Ventajas de utilizar amoniaco como combustible
La mayor ventaja del amoniaco como combustible es el almacenamiento. Al ser un gas ya conocido, se calcula que es 30 veces más barato de almacenar que el hidrógeno. La razón de esto es que el hidrógeno necesita un depósito especial para que no haya pérdidas y el amoniaco se conserva a temperatura ambiente y es posible almacenarlo en forma líquida aumentando la presión.
Asimismo, el amoniaco tiene hasta 70 veces más energía que el hidrógeno en bajas temperaturas, teniendo así un mayor poder calorífico. En términos de emisiones, emite menos CO y CO2 a la atmósfera que los vehículos diésel, siendo así más limpio que ellos. Si se utiliza amoniaco verde producido a partir de fuentes renovables, la ayuda al medio ambiente es todavía más alta.
De este modo, la clave es utilizarlo en vehículos de hidrógeno, ya que tiene algunas ventajas que éste no tiene. Por ello, ya se está utilizando de forma experimental
Efectos nocivos del amoniaco como combustible
El amoniaco es un producto muy usado, pero es nocivo para los seres humanos. El mismo producto trata de advertirlo con su desagradable olor. Puede generar problemas con el sistema respiratorio, inflamando los pulmones y dañando vías respiratorias y ojos. Con la piel, puede llegar a irritarla y a generar ampollas. Si se ingiere, destruye la mucosa gástrica y puede llegar a matar. Por ello, el transporte del mismo se debe hacer tomando muchas precauciones y medidas de seguridad.
Con respecto al medio ambiente, produce los temidos óxidos de nitrógeno (NOx), causantes de la lluvia ácida y el “smog” fotoquímico. Estas sustancias son peligrosas y son la causa del final del motor de combustión para 2050, además del uso del filtro de partículas en motores diésel. Aún así, tiene menos emisiones de CO y CO2 que los motores de gasolina y diésel, reduciendo hasta un tercio sus emisiones.
Además de los efectos nocivos, es un sistema poco eficiente. Se necesita más energía para producirlo que la que resulta. De hecho, se calcula que se pierde el 81% de la energía en el proceso.
Eso sí, esta eficiencia podría aumentar con el tiempo, ya que aún está en fase experimental y es necesario encontrar una solución antes de 2050, fecha límite en la cual ya no circulará ningún coche de gasolina o diésel en Europa. Por ejemplo, la propia Fortescue está trabajando en una tecnología de células de combustible sólida, que podría llevar la eficiencia energética hasta un 50%.
Coches, camiones y barcos ¿En qué tipo de vehículos se podría usar el amoniaco como combustible?
En principio, este compuesto está pensado para usarse en vehículos de pila de combustible de hidrógeno, separando el amoniaco para usarlo en estos motores. Esta es la idea principal, pero de momento es poco eficiente.
Por ello, se están planteando otras alternativas. La empresa GAC Motor está trabajando en un motor que funciona específicamente con amoniaco. Según dicen, alcanza los 163 CV y las emisiones de CO y CO2 se reducen un 90% con respecto a la gasolina y al diésel. El funcionamiento es parecido a otros motores de combustión interna ya conocidos y ya han superado algunos problemas, como la baja inflamabilidad del combustible.
Además de turismos, hay otros vehículos que podrían funcionar con él. Existen ferrys impulsados por hidrógeno que podrían funcionar también con amoniaco. De hecho, compañías como Fortescue están trabajando para transformar el motor diésel en amoniaco para funcionar en motores diésel de barcos como el MMA Leveque, un barco de 75 metros de eslora y 6.920 CV de potencia. Aún así, está en fase experimental y el proceso de comercialización podría llevar años.