Calefacción central: Qué es y cómo funciona
¿Qué es la calefacción central?
La calefacción central es un sistema de calefacción colectiva. Es capaz de calentar todos los radiadores de un edificio al mismo tiempo, así como proveer agua caliente sanitaria.
Sistemas de calefacción central según el tipo de combustible
Hay varios tipos de sistemas de calefacción, que van según el tipo de combustible. Los más populares son los siguientes:
- De carbón: es el sistema más antiguo y con décadas de antigüedad. Debido al actual Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios o RITE, se prohíbe la utilización de carbón, así que está en desuso.
- De gasoil: el sistema de gasoil era uno de los más populares. Sin embargo, también está en desuso. El alto precio del combustible, su menor eficiencia con respecto a otros, su contaminación y la obligatoriedad de tener un silo de almacenaje hace que no sea un sistema atractivo actualmente.
- De gas natural: es uno de los sistemas más usados por su eficiencia y su confort. Antiguamente, se utilizaban calderas de combustión, donde se escapaba el calor. Ahora se utilizan calderas de condensación, con una eficiencia mucho mayor.
- De biomasa: la biomasa es una energía renovable basada en la combustión de materias vegetales, como los pellets o los huesos de aceitunas. La calefacción central de este tipo emite algo de CO2 pero mucha menos cantidad que otros combustibles. Además, se considera una energía renovable.
- Bomba de calor: las bombas de calor son sistemas que aportan calefacción en invierno y también aire acondicionado en verano. Pueden basarse en un sistema de geotermia (que aprovecha la energía de la tierra) o aerotermia (que aprovecha la energía del aire).
Diferencias entre la calefacción central e individual
Hay varias diferencias entre las calefacciones centrales y las individuales:
- Tamaño: las calderas de calefacción central tienen una caldera de mayor tamaño, con el fin de suministrar agua caliente a todas las viviendas.
- Caldera en el hogar: los sistemas centrales, tienen una única caldera para todos, sin existir una en el hogar. En cambio, los sistemas individuales tienen una caldera propia en cada hogar que lo necesite.
- Mantenimiento: ambos sistemas de calefacción necesitan mantenimiento y revisiones. La diferencia radica en que el mantenimiento comunitario se paga entre todos, mientras que el individual corre a cargo del propietario de la vivienda.
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Funcionamiento de la calefacción central
Los sistemas que se utilizan en edificios de vivienda están compuestos por la caldera, una bomba de impulsión, la red de distribución y los radiadores. La caldera es la parte más importante, ya que produce el agua caliente. La encargada de suministrar el agua hacia la red de distribución es la bomba de impulsión, que modifica el caudal sin gastar demasiada energía. Finalmente, ese agua va a los radiadores, que trasladan el calor a las viviendas.
Antiguamente, había algunas desventajas, como que el calor no llegaba a los pisos de arriba o que no había regulación de temperatura individual. Todo eso ha cambiado, ya que las válvulas de control de temperatura permiten un uso prácticamente idéntico al de una calefacción individual. ¿Cómo funcionan estas válvulas? Regulando el flujo del agua que entra al radiador, pues, a menos agua entra, menos calienta.
¿Cómo se contabiliza el gasto?
Antiguamente, se contabilizaba el gasto según la superficie de la vivienda y/o el número de radiadores. Sin embargo, eso ya no es posible. Con la normativa actual, todos los vecinos tienen contadores individuales (salvo excepciones), donde cada vivienda obtiene una factura según su consumo. Esto se hace para evitar problemas de estimación, sistema donde unos pagaban más que otros.
¿Se puede tener calefacción central individualizada?
No solamente se puede, de hecho, es obligatorio. Tras el Real Decreto (RD) 736/2020 de agosto de 2020, es obligatorio instalar contadores individuales, salvo si no es viable técnicamente ni es rentable. La gran ventaja de esto es que se puede controlar el consumo y ahorrar energía, todo gracias a las válvulas de control de temperatura.
Solamente quedarían exentos los edificios situados en zonas cálidas y donde la inversión en los contadores no se pueda recuperar en 4 años o menos. Para saberlo, se comprueba la zona térmica del edificio y si está en una zona calurosa, se deberá solicitar un presupuesto de los contadores y analizar el retorno de la inversión, para ver si se recupera en menos de 4 años.