Home > Blog de Consejos sobre Combustible y Viajes > Descarbonización con hidrógeno: ¿merece la pena?

Descarbonización con hidrógeno: ¿merece la pena?

La descarbonización por hidrógeno es un proceso que promete recuperar la potencia de tu diésel. ¿Merece la pena? Vamos a explicarlo.

Qué es la descarbonización con hidrógeno

La descarbonización consiste en eliminar los residuos que ha acumulado el motor después de mucho tiempo. Éstos residuos se acumulan en las válvulas, colectores, EGR y cámaras de combustión, haciendo que el motor funcione peor, afectando en la combustión y en las emisiones. Si bien todos los motores de combustión interna tienen residuos, en el diésel es mayor por la naturaleza del combustible. 

La descarbonización con hidrógeno consiste en eliminar estos residuos introduciendo este gas en la admisión del vehículo diésel. Al hacerlo, se producirá una pirólisis controlada que quemará estos residuos. Esto se debe al alto poder calorífico del hidrógeno mezclado con el oxígeno, subiendo la temperatura de combustión y eliminando la carbonilla. 

Se hace en un proceso que dura aproximadamente una hora, donde hay que llevar el motor a diferentes revoluciones. La carbonilla se convertirá en gas y se eliminará a través del tubo de escape. Este proceso se hace en talleres especializados y suele costar entre 50 y 100 euros de media. 

¡Ahorra tiempo y dinero!

Waylet es la app gratuita de pago y fidelización móvil que te ofrece los mejores descuentos y promociones. ¡Descarga ya la app y comienza a ahorrar!

¿Es un mito o funciona? Por qué es conveniente hacer la descarbonización de un motor con hidrógeno

La presencia de sedimentos y residuos internos en un motor diésel afecta a su funcionamiento. Cuando hay un exceso de los mismos, se produce un aumento del consumo de combustible, un aumento en las emisiones que puede dificultar pasar la prueba de gases de la ITV y una disminución de la potencia. La descarbonización permite eliminar parte de estos residuos. 

Eso sí, no funciona en todos los motores. Si el vehículo ya está en muy mal estado, la descarbonización por hidrógeno no ofrecerá mejoras visibles. En cambio, en vehículos con un buen mantenimiento, sí que podrían eliminar los residuos. Al hacerse, se produce un gran esfuerzo del motor, así que debe hacerse con cuidado y solo en caso de ser necesario. En ocasiones, hay otras averías con síntomas parecidos, como problemas con el filtro, suciedad en el inyector o problemas en el turbo, en cuyo caso la descarbonización no producirá efectos. 

Cuándo hay que realizar una descarbonización con hidrógeno

Los síntomas habituales de la descarbonización son la presencia de humo negro por la obstrucción, pérdida de potencia en la aceleración, problemas a la hora de arrancar y un aumento del consumo de combustible. La razón de esto es que afecta a la relación entre aire y combustible. Al producirse una mezcla desigual, el combustible no llega a quemarse completamente. 

Solamente hay que realizar una descarbonización si el motor realmente lo necesita. Como hemos dicho antes, podría haber averías en otros componentes con síntomas similares a los anteriormente descritos. Por ello, revisa los filtros, el ERG, el turbocompresor y otros elementos del vehículo para comprobar que todo está bien. Si están en buen estado, es probable que haya que descarbonizar. 

Eso sí, antes de hacerlo, hay que verificar que la lubricación y refrigeración del vehículo están funcionando correctamente. Esto es porque es un proceso que revoluciona el motor y lo hace trabajar mucho, así que necesita refrigerarse bien para no estropearse. Según RACE, es aconsejable realizarla cada 40.000-60.000 km en motores diésel. 

Pre-ITV, Ozono y nueces: Otros tipos de descarbonización

Además de la descarbonización con hidrógeno, existen otros tipos de descarbonización para eliminar residuos. Vamos a ver los más conocidos: 

  • Revolucionar el motor: si hay poca carbonilla, puede eliminarse circulando por carretera en su par máximo, generalmente a 2500 rpm en motores diésel. Si usas el coche para ciudad, es recomendable hacer esto de vez en cuando, además de circular en marchas más cortas de vez en cuando. 
  • Producto descarbonizador: existen productos comerciales para descarbonizar, que se suelen echar antes de ir a la ITV. Algunos se echan directamente en el sistema de combustible, mientras que otros se añaden en el colector de admisión, siendo el caso de las espumas de limpieza. 
  • Catalizador O3 (ozono): es un sistema nuevo que permite descarbonizar con ozono. Consiste en un dispositivo que se instala en vehículos de gasóleo, permitiendo reducir los humos y gases contaminantes. Colocado en la línea de inyección, entre el filtro y el depósito, también reduce el consumo de AdBlue. 
  • Ultrasonidos: gracias a pequeños ultrasonidos, se pueden descomponer los depósitos de carbonilla, siendo así más fáciles de eliminar. Se puede utilizar en todo tipo de piezas del motor como válvulas, EGR o inyectores. 
  • “Wallnut blasting”: utilizando cáscaras de nueces trituradas, se dirigen con alta presión hacia las piezas donde haya carbonilla. La razón por la cual se usa este material es porque es un material más duro que la carbonilla, pero menos duro que el metal. Esto hace que se pueda limpiar todo a fondo sin dañar el motor. Es un método muy efectivo, pero es muy caro. 
  • Limpieza manual: como su nombre indica, consiste en desmontar el motor y limpiar la carbonilla manualmente. El problema es que debes saber el par de apriete de cada elemento, algo que requiere conocimientos de mecánica. Por ello, solo se recomienda en casos extremos y realizado siempre por un experto.